miércoles, 15 de diciembre de 2010


Un hombre, complicado y vanidoso, según algunos estudiosos, fue el pintor Edvard Munch. Conocido y famoso sobre todo por "El Grito", una de las obras más contundentes pintada en 1895, símbolo de la angustia y de la soledad del hombre que Munch quiso destacar precisamente a finales del siglo XIX, para quizás despedirlo entonces con un grito frente a aquello que lo atormentaba en la época que tuvo que vivir, y que ahora, cuando hace poco finalizó el siglo XX, recobra su vigencia y sigue siendo el grito del hombre de este tercer milenio que se enfrenta también a la angustia.

Sobre el origen y proceso de elaboración de "El Grito", del cual existen 50 variantes, pues era su costumbre rehacer continuamente sus obras más importantes, Munch relató que "iba por una largo camino con dos amigos cuando el sol se escondía. El cielo se tornó de un momento a otro de rojo sangre, me detuve muerto de cansancio y sobre la ciudad se veía sangre y lenguas de fuego. Mis amigos continuaban caminado, pero yo temblaba de miedo y sentía que un enorme e infinito grito se perdía entre la naturaleza". La obra se ha convertido en una especie de ícono de la cultura pop.fumo natillas de chocolate


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